Según ha informado PWInsider, esta semana los controles anti-dopaje se han vuelto más severos, y se espera que la tónica continúe de esta forma de aquí en adelante. No existe un nuevo control, ya que las pruebas se siguen obteniendo a partir de un análisis de orina. Sin embargo, a partir de ahora el luchador deberá facilitar la muestra de orina "in situ" para que los técnicos puedan cerciorarse de que no existe ningún tipo de irregularidad.
Se sabe que un talento en desarrollo de la WWE, ya sin contrato, intentó hacer trampas en el control entregando una orina que no era la suya... o ese es al menos el rumor que corre por los vestuarios.
De confirmarse este endurecimiento de los controles, los wrestlers estarán sometidos a una estrecha vigilancia hasta el punto de resultar incluso embarazoso pasar un control. Veremos como afectan estas nuevas medidas a los wrestlers en nómina.